viernes, 28 de febrero de 2014

El cuerpo grita lo que la boca calla


Muchas veces...El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago "arde" cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes "invade" cuando la soledad duele.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
El cuerpo "engorda" cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza "deprime" cuando las dudas aumentan.
El corazón "afloja" cuando el sentido de la vida parece terminar.
El pecho "aprieta" cuando el orgullo esclaviza.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
La presión "sube" cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis "paralizan" cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre "calienta" cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Las rodillas "duelen" cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer "mata" cuando te cansas de vivir.
¿Y tus dolores callados? ¿Cómo hablan en tu cuerpo?
La enfermedad no es mala, solo te avisa, que te estás equivocando de camino.
El camino a la felicidad muchas veces no es directo.
Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES
Existen semáforos llamados AMIGOS
Luces de precaución llamadas FAMILIA
Y todo se logra si tienes:
Una rueda de repuesto llamada DECISIÓN
Un potente motor llamado AMOR
Un buen seguro llamado CREENCIA
Abundante combustible llamado PACIENCIA

Y sobre todo un experto conductor llamado DIOS...

Dr. Nelson Torres

Ilustración Margarita Sikorskaia



Si la cabeza te dice una cosa.

miércoles, 26 de febrero de 2014

La vida


La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo.


No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón.


Cualquier cosa que seas, es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás.

Facundo Cabral

Ilustración Elly Mackay


Si la cabeza te dice una cosa.

martes, 25 de febrero de 2014

Una frase inspiradora


"Las acciones dicen más que las palabras, y una sonrisa expresa;

Me gustas tú. Me causas felicidad. Me alegro tanto de verte"

Dale Carnegie

Ilustración Gurbuz Dogan


Si la cabeza te dice una cosa.

lunes, 24 de febrero de 2014

El amor muere


“El amor nunca muere por causas naturales. Muere porque no sabemos rellenar su fuente. 


Muere de ceguera emocional, de nuestros errores y traiciones. Muere a causa de nuestras enfermedades y heridas del corazón, de cansancio, por falta de riego. 

Cuando se vuelve opaco y deja de brillar, entonces el amor muere.”

Anaïs Nin

Ilustración Amanda Cass


Si la cabeza te dice una cosa.

martes, 18 de febrero de 2014

El Camino del Amor


Una historia con la que descubrir cómo crecer gracias al amor que llevas dentro.

A Máire la vida le sonríe, es agradable pensar que todo está bien. Aunque, en solo unos minutos, todo cambie. 

Máire siente un dolor agudo en el pecho cuando Liam le explica que se ha enamorado de otra mujer. Es incapaz de decir nada y le cuesta respirar. El vacío se vuelve insoportable y, a pesar de que nada parece tener sentido, toma la decisión de intentarlo y empieza a caminar con la esperanza de encontrar una salida.

Una historia de amor y desamor que no te dejará indiferente.

Sencillamente Amor. Léelo. Cortito y precioso. No vas a querer soltarlo de tus manos.

Libro El Camino del Amor de Eva Mengual

Editorial Comanegra

Ilustración Portada del Libro El Camino del Amor


Si la cabeza te dice una cosa.

domingo, 16 de febrero de 2014

El punto final


Cuando nos conocimos, ella me dijo: “Te doy el punto final. Es un punto muy valioso, no lo pierdas. Consérvalo, para usarlo en el momento oportuno. Es lo mejor que puedo darte y lo hago porque me mereces confianza. Espero que no me defraudes”.

Durante mucho tiempo, tuve el punto final en el bolsillo. Mezclado con las monedas, las briznas de tabaco y los fósforos, se ensuciaba un poco; además, éramos tan felices que pensé que nunca habría de usarlo. Entonces compré un estuche seguro y allí lo guardé.

Los días transcurrían venturosos, al abrigo de la desilusión y del tedio. Por la mañana nos despertábamos alegres, dichosos de estar juntos; cada jornada se abría como un vasto mundo desconocido, lleno de sorpresas a descubrir. Las cosas familiares dejaron de serlo, recobraron la perdida frescura, y otras, como los parques y los lagos, se volvieron acogedoras, maternales. Recorríamos las calles observando cosas que los demás no veían y los aromas, los colores, las luces, el tiempo y el espacio eran más intensos. Nuestra percepción se había agudizado, como bajo los efectos de una poderosa droga. Pero no estábamos ebrios, sino sutiles y serenos, dotados de una rara capacidad para armonizar con el mundo. Teníamos con nuestros sentidos una singular melodía que respetaba el orden del exterior, sin sujetarse a él.

Con la felicidad, olvidé el estuche, o lo perdí, inadvertidamente. No puedo saberlo.

Ahora que la dicha terminó, no encuentro el punto final por ningún lado. Esto crea conflictos y rencores suplementarios.
¿ Dónde lo guardaste?, me pregunta ella, indignada. ¿ Qué esperas para usarlo? No demores más, de lo contrario, todo lo anterior perderá belleza y sentido.

Busco en los armarios, en los abrigos, en los cajones, en el forro de los sillones, debajo de la mesa y de la cama. Pero el punto no está; tampoco el estuche. Mi búsqueda se ha vuelto tensa, obsesiva. Es posible que lo haya extraviado en alguno de nuestros momentos felices. No está en la sala, ni en el dormitorio, ni en la chimenea. ¿ El gato se lo habrá comido?.

Su ausencia aumenta nuestra desdicha de manera dolorosa. En tanto el punto no aparezca, estamos encadenados el uno al otro, y esos eslabones están hechos de rencor, apatía vergüenza y odio. Debemos conformarnos con seguir así, desechando la posibilidad de una nueva vida.

Nuestras noches son penosas, compartiendo la misma habitación, donde el resquemor tiene la estatura de una pared y asfixia, como un vapor malsano. Tiñe los muebles, los armarios, los libros dispersos por el suelo. Discutimos por cualquier cosa, aunque los dos sabemos que en el fondo, se trata de la desaparición del punto, del cual ella me responsabiliza. Creo que a veces sospecha que en realidad lo tengo, escondido, para vengarme de ella.

“ No debí confiar en ti – se reprocha -. Debí imaginar que me traicionarías.”

Era un estuche de plata, largo, de los que antiguamente se usaban para guardar rapé. Lo compré en un mercado de artículos viejos. Me pareció el lugar más adecuado para guardarlo. El punto estaba allí, redondo, minúsculo, bien acomodado. Pero pasaron tantos años. Es posible que se extraviara durante una mudanza, o quizás alguien lo robó, pensando que era valioso.

Luego de buscarlo en vano casi todo el día, me voy de casa, para no encontrar su mirada de reproche, su voz de odio. Toda nuestra felicidad anterior ha desaparecido, y sería inútil pensar que volverá. Pero tampoco podemos separarnos. Ese punto huidizo nos liga, nos ata, nos llena de rencor y de fastidio, va devorando uno a uno los días anteriores, los que fueron hermosos.

Sólo espero que en algún momento aparezca, por azar, extraviado en un bolsillo, confundido con los otros objetos. Entonces será un gordo, enlutado, sucio y polvoriento punto final, a destiempo, como el que colocan los escritores noveles.


Autora y escritora   Cristina Peri Rossi

Ilustración   Micah Champion

Si la cabeza te dice una cosa.

domingo, 9 de febrero de 2014

Último brindis


Lo queramos o no
sólo tenemos tres alternativas:
el ayer, el presente y el mañana.

Y ni siquiera tres
porque como dice el filósofo
el ayer es ayer
nos pertenece sólo en el recuerdo:
a la rosa que ya se deshojó
no se le puede sacar otro pétalo.

Las cartas por jugar
son solamente dos:
el presente y el día de mañana.

Y ni siquiera dos
porque es un hecho bien establecido
que el presente no existe
sino en la medida en que se hace pasado
y ya pasó…
como la juventud.

En resumidas cuentas
sólo nos va quedando el mañana:
yo levanto mi copa
por ese día que no llega nunca
pero que es lo único
de lo que realmente disponemos.

Nicanor Parra


Si la cabeza te dice una cosa.

miércoles, 5 de febrero de 2014

La ley del espejo


La Ley del Espejo es una historia sencilla y emotiva, que te invita a reflexionar y te sitúa delante de un espejo para enfrentarte con tu interior.

Su lectura te aportará una mirada distinta hacía el otro y también sobre ti mism@.

Así como reflexiones tan importantes como estas;
Lo que te ocurre en la vida es el reflejo de tu interior.
Nada cambia si tú no cambias.
La vida es un espejo que refleja nuestro corazón.

Creo firmemente en el perdón y en los beneficios que reporta a ambas partes. Sólo se puede pasar página, de verdad, si se consigue la paz interior que te proporciona el perdón. En esta lectura lo vas a encontrar bien descrito paso a paso.

Estoy segura, de que no te dejará indiferente.

Yoshinori Noguchi, autor de este libro y prestigioso coach.

Editorial Comanegra


Si la cabeza te dice una cosa.
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