Ábrete a la tristeza

Cuando te sientas triste, no te pierdas la oportunidad de vivir esa tristeza para dejarla ir.

Cierra las puertas, siéntate y siéntete tan triste como puedas, como si el mundo entero fuera un infierno.

Sumérgete en ella, profundiza en ella. Deja que cualquier pensamiento de tristeza te invada, deja que la emoción te agite. Y llora al máximo, gime, exprésate... en voz alta si te es necesario... no tienes por qué preocuparte.

Vive esa tristeza durante unos días y cuando la tristeza desaparezca, te sentirás totalmente aliviado, calmado, como tras una tormenta.

Es el momento de entrar en ti mismo, siéntate en silencio y disfruta del silencio que está apareciendo en ti. No lo has provocado; solo te abriste a la tristeza.

Cuando la tristeza desaparece, en ese espacio, surge el silencio. Escúchalo. Siéntelo... percibe su paz.

Y si te sientes feliz, canta y baila.

Osho

Si la cabeza te dice una cosa.