Hace un tiempo quise obsequiar a cada una de mis hijas con
algo personal, algo que les tocara su corazoncito y que fuera solo de ellas y
para ellas.
En un principio pensé en escribir un cuento en el que la protagonista
fuera cada una de ellas y que cada una tuviera su historia.
Pero tuve la suerte de encontrar en la Web un lugar donde decían
hacer justo lo que yo quería.
Al principio, tuve dudas y me decidí a hacer solo uno.
Y tras muchos correos, algunas conversaciones telefónicas, la
paciencia de mi marido y mía, buscando fotos, recordando anécdotas, y la ayuda
de los profesionales de Cuentos a Medida.
El cuento termino siendo lo que esperábamos
o más. Así que encargamos otro más y cuando lo recibimos, encargamos el
tercero.
Solemos pensar que regalar un cuento es más para un niño pero en mi
opinión, quizás sea más bonito cuando es para un adulto. Por muchos motivos, por la sorpresa, por lo difícil
que es a veces encontrar un regalo personal y lo más bonito por la carga emocional que
tú le puedes dar a ese cuento.
Este tipo de regalos son de los que no se olvidan.